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No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a tí

Publicado por Vrinda Guatemala viernes, 20 de agosto de 2010

La ley del karma asegura que aquellos que causan violencia y sufrimiento a otros seres vivos, tienen que experimentar violencia y sufrimiento equivalentes a los ocasionados, ya sea de inmediato o en el futuro. Cuando un ser humano innecesariamente toma la vida de otra entidad viviente, especialmente bajo condiciones de gran dolor y sufrimiento, ese acto de agresión le producirá una severa reacción kármika. Si causamos dolor o sufrimiento a otros seres vivos, tendremos que aceptar a cambio dolor y sufrimiento; tanto individual como colectivo, pues recogemos lo que sembramos, tanto en esta vida como en la próxima, ya que la naturaleza nos administra su propia justicia. Si año tras año, millares de animales son masacrados sin misericordia en enormes mataderos mecanizados, el karma negativo acumulado por todos aquellos que son partícipes es prácticamente inconmensurable. De acuerdo a la ley del karma, todo aquel que de una u otra forma se encuentra conectado con la matanza de animales es responsable. “El Manu – Samhita”  enumera siete partes culpables: quien da el permiso, la persona que mata, la que ayuda, la que vende, la que compra, la que cocina la carne y la que come.  En un tribunal de justicia a todos aquellos que se confabulan para un asesinato se les considera responsables, especialmente la parte que contrata los servicios del asesino. 

“Si dentro de la sociedad humana alguien mata a un hombre, tiene que ser ajusticiado. Esa es la ley del estado. Sin embargo, debido a su ignorancia, la gente es incapaz de percibir que existe un estado mayor y completo controlado por el mismo Señor Supremo;  y que toda criatura viviente es Su hija. Por lo tanto, Él no tolera que se mate ni siquiera una hormiga, de lo contrario uno tiene que pagar por ello.”  Por cada muerte que ocasionemos hemos de pagar de la misma manera. Si ahora estoy matando a un ser cualquiera, en el futuro, como reacción, él me matará a mí. O, si ahora lo estoy comiendo, en el futuro él me comerá a mí, él tiene derecho a devorarme, de la misma manera en que ahora yo lo estoy devorando a él. Srila Prabhupada dice: “Aquellos que matan animales y los hacen sufrir innecesariamente, como hace la gente en los mataderos, morirán de la misma manera en su vida siguiente y en muchas vidas sucesivas.”

En cambio, los animales no atentan contra esta ley universal del karma, ellos se encuentran estrictamente controlados por sus instintos naturales. No tienen libertad para escoger en cuanto a su comer, dormir, aparearse o defenderse; pues son compelidos por patrones de conducta ya establecidos. Por esta razón no son responsables de sus acciones y por lo tanto no generan ningún karma; tal como un perro que persiguiendo un gato atraviesa una calle de tráfico congestionado es inmune a cualquier cita o sanción por parte de la oficina de tránsito. Por supuesto, no se espera que los animales comprendan u obedezcan un sofisticado conjunto de leyes. Sin embargo, un ser humano, ya sea dentro del orden social como universal, está en la obligación de estar informado y ser obediente.  

La Biblia dice: “Lo que siembres, cosecharás”; y las sutiles leyes del karma nos informan que las cualidades negativas de la personalidad, tales como la hostilidad, crueldad, insensibilidad, arrogancia, codicia, apatía, depresión, ansiedad y envidia, entre otros; constituyen la cosecha psicológica que obtienen aquellos que han hecho del matar, directa o indirectamente, un aspecto regular de sus vidas. Cuando la conciencia humana se contamina con los efectos del karma negativo que aparecen como resultado de las acciones destructivas y dañinas, sus buenas cualidades quedan cubiertas. En cambio, cuando uno adopta una dieta vegetariana, es mucho más fácil permanecer pacífico, feliz, productivo e interesado en el bienestar de los demás. Tanto el desarrollo psicológico como emocional son esenciales para una vida progresiva, y todos nuestros pensamientos y acciones influyen en el desarrollo de nuestro carácter y personalidad.  

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El Proyecto Vrinda de Guatemala, inicia su escuela de YOGA INBOUND, en 2008, cuando sus fundadores, Rupa Manohara Das y Parvati Devi Dasi, por orden de su maestro Paramadvaiti swami maharaja se establecen en la ciudad de Guatemala y junto con otros instructores han dado vida al centro cultural Vrinda Guatemala. EL centro cultural Vrinda guatemala abre sus puertas después de 5 años de trabajo como proyecto Vrinda Guatemala. Ubicados en el corazón de la ciudad de Guatemala, tenemos un hermoso lugar de refugio, restaurante vegetariano, galería de arte hindú, escuela de yoga inbound, y clínica de terapias alternativas. Dirección; 2Av 15-13 Z1 Ciudad de Guatemala. Telef

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